La Evolución del "Testing" en plantas fotovoltaicas
El testing o ensayos de pruebas en plantas fotovoltaicas ha evolucionado a lo largo de los últimos años en línea con el sector fotovoltaico. Los sistemas de control de calidad han ido perfeccionándose con la acumulación de experiencia, ajustándose a las necesidades del mercado y adaptándose a la evolución tecnológica, introduciendo nuevos elementos que permiten llevar cabo ensayos de forma más eficiente y precisa.
Un ejemplo de dicha evolución es la introducción de laboratorios de ensayo móviles, que ofrecen una serie de mejoras sustanciales con respecto a los sistemas tradicionales estacionarios. Este tipo de productos permite llevar a cabo ensayos directamente in-situ, en las mismas condiciones que un laboratorio fijo, reduciendo considerablemente los tiempos relacionados con desconexión de paneles, realización de pruebas, así como riesgos asociados al transporte de los módulos.
Enertis puso en marcha en 2013 su primer laboratorio móvil en Europa, y cuenta con 2 unidades adicionales a día de hoy que operan en algunos de los principales mercados solares del mundo, como son EEUU y Chile.
El laboratorio móvil de Enertis permite la realización de pruebas como medida de máxima potencia de paneles en CEM con simulador solar A+A+A+, además de otras pruebas esenciales como Electroluminiscencia, Aislamiento Eléctrico o termografía infrarroja. Además de éstas, Enertis tiene capacidades de llevar a cabo ensayos termográficos de plantas completas, medidas de potencia con trazadores o pruebas de Electroluminiscencia indoor.
Otro ejemplo claro de adaptación tecnológica es la introducción de nuevas técnicas de inspección tales como los drones, especialmente usados en inspecciones termográficas, con los que se consiguen importantes reducciones en términos de tiempo y coste, así como la implementación de servicios de Electroluminiscencia in situ, tanto nocturna como diurna, sobre paneles directamente montados en la estructura.
Actualmente casi la totalidad de los proyectos fotovoltaicos cuentan con sistemas de aseguramiento de la calidad en menor o mayor medida, aunque sigue habiendo margen de mejora. Cada vez más el aseguramiento de la calidad se aplica a todas las fases del proyecto, comenzando desde la misma fabricación de los equipos, y continuando tanto durante la fase de construcción, como puesta en marcha y operación. Así se consigue una mitigación de riesgos completa, especialmente diseñada de acuerdo a las necesidades de cada proyecto, y que supone una reducción de costes en el corto plazo al minimizar defectos y problemas en cada una de las etapas anteriores.
Entre los problemas de módulos más habituales que se pueden hallar en plantas en operación nos encontramos con defectos asociados a fabricación (Degradación acelerada, Potential Induced Degradation – PID-, puntos calientes relacionados con procesos productivos defectuosos), defectos relacionados con el transporte o la instalación (daños en partes externas del panel, roturas de células) o defectos asociados a mala instalación eléctrica u O&M (strings en circuito abierto, suciedad).
Estos defectos o problemas pueden tener un impacto considerable en la producción de una planta fotovoltaica, tanto a corto plazo por la reducción en la producción energética (y su correspondiente retribución económica) como por el impacto que pueden tener en la reducción de la vida útil del activo.
Las técnicas descritas en este artículo están diseñadas para identificar estos defectos de forma eficiente, aportando información muy relevante del estado de los activos.
De este modo, estas inspecciones tienen un efecto directo en la mejora del funcionamiento de las plantas, y se han convertido además en una herramienta especialmente útil en etapas tan críticas de los activos como las aceptaciones provisionales y finales, donde se acaban las garantías de la empresa constructora, así como en operaciones de compra-venta en el mercado secundario, donde estas pruebas añaden información detallada del activo adicional a los análisis más superficiales, otorgando a compradores y vendedores más herramientas para valorar de forma ajustada su inversión.
En definitiva, la implementación de medidas de aseguramiento de la calidad en todas las etapas del proyecto genera una multitud de beneficios, como son la mitigación de riesgos a un coste ajustado a las tendencias del sector solar, una delimitación clara de responsabilidades en caso de problema y el alargamiento de la vida útil de los activos, aspecto clave para la sustentación de los modelos financieros de proyectos tan competitivos como los actuales.